En el contexto laboral actual, la evaluación de competencias se ha convertido en una herramienta fundamental para las organizaciones en Latinoamérica. Sin embargo, existen varios mitos y percepciones erróneas en torno a este proceso. En este artículo, vamos a explorar y desmitificar algunos de los mitos más comunes sobre las evaluaciones de competencias en la región.

Mito 1: Las evaluaciones de competencias son solo una forma de descartar candidatos

Uno de los mitos más extendidos es que las evaluaciones de competencias tienen como único propósito descartar candidatos en los procesos de selección. Sin embargo, este enfoque es incompleto. Si bien es cierto que las evaluaciones pueden ayudar a identificar a los candidatos menos adecuados para un puesto, su objetivo fundamental es encontrar a aquellos que poseen las habilidades y competencias necesarias para el éxito en el puesto. Las evaluaciones de competencias permiten una selección más objetiva y justa, basada en evidencias concretas.

Mito 2: Las evaluaciones de competencias solo miden habilidades técnicas

Otro mito común es que las evaluaciones de competencias solo miden conocimientos técnicos específicos para un puesto determinado. Esto no es verdad, las evaluaciones de competencias evalúan las denominadas habilidades blandas, como la comunicación asertiva, el liderazgo, la resolución de problemas y la capacidad de trabajo en equipo, entre otras. Estas habilidades son determinantes en el entorno laboral actual, donde se valora cada vez más la capacidad de adaptarse y contribuir de manera efectiva a la consecución de mejores resultados para la empresa y para lograrlo es indispensable contar con un Talento Humano científicamente evaluado, alineado y desarrollado.

Mito 3: Las evaluaciones de competencias son subjetivas

Algunas personas creen que las evaluaciones de competencias son subjetivas y dependen únicamente de la opinión del evaluador. Si bien es cierto en el mercado existen algunas opciones para evaluar el Talento que carecen de confiabilidad y validez y por lo tanto su utilización no contribuye al resultado, también existen evaluaciones de competencias que se basan en criterios objetivos y cuentan con un estricto rigor científico con óptimos niveles de confiabilidad y validez que permiten una medición objetiva de las habilidades y competencias de un individuo. Además, estas evaluaciones utilizan métodos cuantitativos, como escalas de valoración, perfiles estándares adecuados a la realidad de las empresas y su entorno, entre otras que garantizar una evaluación imparcial y consistente, permitiendo así a las empresas contratar y ubicar a las personas que realmente cuentan con el desarrollo de las competencias necesarias para las diferentes posiciones.

Mito 4: Las evaluaciones de competencias son costosas y complicadas

Otro mito frecuente es que las evaluaciones de competencias son costosas y complicadas de implementar. Si bien es cierto que algunas evaluaciones pueden requerir una inversión inicial, o de la instalación de un software complicado, o la plataforma carece de lo que el usuario requiere, o simplemente son opciones muy difíciles de alcanzar para Pymes y medianas empresas, lo cierto es que existen buenas opciones más accesibles en el mercado. Además, con los avances tecnológicos, muchas evaluaciones se han vuelto más fáciles de administrar y se pueden realizar de forma remota.

Conclusión:

Las evaluaciones de competencias son herramientas valiosas en el ámbito laboral latinoamericano, pero es importante desmitificar las ideas erróneas que las rodean. Estas evaluaciones no son solo un medio para descartar candidatos, sino que buscan identificar a los más adecuados para un puesto. Además, no se limitan a medir habilidades técnicas, sino que también evalúan habilidades blandas fundamentales.

Existen evaluaciones de competencias que son objetivas y realizadas científicamente, y no necesariamente complicadas o costosas de implementar, en HBP, tenemos diferentes planes que pueden resultar asequibles para cualquier empresa Planes de HBP . Al desmitificar estos conceptos erróneos, podemos apreciar mejor el valor y la importancia de las evaluaciones de competencias.